Esta obra de arte se convertirá en un monumento a la conexión.

¿Cómo será?
Eso sigue siendo un secreto por ahora.
Lo que sí podemos adelantarles es que no será una obra de arte cualquiera.

En cada país, un grupo de colocadores de parqué trabajará en una parte del conjunto.
Contribuirán físicamente a la construcción de este monumento compartido.

Pero el proyecto no se limita a la creación en sí.
En torno a cada pieza, cientos o incluso miles de personas pueden participar:
difundiendo la historia,
poniendo en práctica la idea de «Cadena de favores»,
involucrando a patrocinadores y socios —desde el panadero local hasta empresas internacionales—,
inspirando a los medios de comunicación y plataformas a que difundan la historia aún más.

De esta manera, cada parte de la obra de arte se convierte en algo más que material.
Está repleta de historias, apoyo, orgullo y conexión.
Y juntas, conforman un espacio artístico global: un símbolo de lo que es posible cuando nos unimos.

Cuando la obra esté terminada, se presentará en un estreno —
en un lugar aún no revelado del mundo.
Después, viajará por los países que contribuyeron,
difundiendo y fortaleciendo gradualmente el movimiento «Cadena de favores».

Dado que se trata de un proyecto social, sin ánimo de lucro,
la obra de arte no está a la venta.
No pertenece a nadie en particular y, al mismo tiempo, nos pertenece a todos.

En definitiva, la obra encontrará su lugar en algún sitio
donde la gente se reúna, aprenda, observe y se emocione.
Un lugar abierto a todos.
Para que esta obra no pertenezca a una sola persona,
sino a todos nosotros.

🌍 Esta obra de arte nos pertenece a todos.
Un regalo para el mundo.
Y una prueba de que la unión es más fuerte que la división.